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Draft Fate! The Flower

Draft Fate! The Flower


A veces el destino nos tiende trampas, muchos dicen que el destino puede o no estar escrito, pero no es así, el destino toma tu historia y comienza a escribirla, y tú vienes siendo el borrador, por que solo tú decides que queda en la historia de tu vida o que no, a veces de una casualidad define tu destino.

A continuación contare un relato, mas que un relato es una de mis anécdotas, yo no soy el destino pero tengo que ver con el, solo soy un viejo que contara lo que paso a Casilda, una joven modelo y cantante de 23 años de edad, ella solía ser muy vanidosa, se anteponía a ella misma antes que a cualquier cosa, tenia su ego muy levantado, un día un hombre la desprecio, se sintió tan mal que después vio de cara a su destino y simplemente lo ignoro.

14 de abril

Casilda se levanto muy temprano, faltaban solo unos minutos para las 7 de la mañana, estaba recostada en su cama con sabanas blancas, se destapo y puso sus delicados pies cuidados con las uñas pintadas de rojo sobre la alfombra, se coloco su bata y se levanto directo a la tina de el baño que ya la esperaba con agua caliente y burbujas.

Salio del baño con el agua aun escurriendo, camino hacia su tocador, se sentó a mirar a la mujer de la cual esta enamorada, miro su bella cabellera castaño claro, tomo su peine y comenzó a cepillarse frente a ella, obviamente tenia que hacerlo, pues esa mujer que esta de el otro lado del espejo es ella misma, solo mira su respingada nariz, sus ojos cafés, y su piel clara, toma el lápiz labial y lo pasa sobre sus labios lentamente, se encina las pestañas, y pinta sus parpados, toma la secadora.

Entra otra mujer a la habitación llamada Arbia, de unos 60 años de edad, al parecer es de la servidumbre de Casilda, ya que es de mucho dinero.
-Señorita ¿esta usted lista para que la peine?- aclama Arbia
- ¡No hoy lo are yo sola!- contesta Casilda con un tono brusco
-señorita por lo que veo no le fue bien con el joven Vito-
-eso no te incumbe Arbia, déjame sola, sal de aquí- Contesta Casilda con un tono grosero
Arbia se dirige a la puerta de la habitación con intención de salir, y antes de hacerlo dice –Señorita, antes de salir déjeme decirle que no vale la pena estar triste por un hombre, usted debe salir a divertirse, a veces el amor esta donde uno menos lo espera, le deseo suerte señorita- sale de la habitación y sierra la puerta.

Casilda comienza a llorar y su pintura comienza a caer sobre su cara, lentamente, y comienza pensar en lo que le dijo su noble sirvienta.

Pasa todo el día en su cama llorando, de repente en su buró ve una tarjeta publicitaria de un bar llamado Destiny , entonces decide salir, pero quiere hacerlo de una forma diferente a la acostumbrada ,así que decide no vestirse tan elegantemente ese día, bota por un lado el vestido rojo que se iba a poner y solo se pone unos jeans, una blusa color rosa mexicano y unas zapatillas, solo cepilla su cabello sin darle detalles, se pone unos aretes en forma de aro y decide salir a la calle.

El chofer en su afán de servir pregunta -¿la llevo señorita?-
-no Antonio, hoy saldré sola- Contesta sonriendo Casilda, el chofer se preocupa un poco pero la deja ir.

Casilda acaba de terminar una relación, y se siente muy mal, quiere estar lejos de la monótona vida que lleva. Toma un taxi , sin mas preámbulos se dirige a ese bar.
En el asiento de atrás ella ve el espejo retrovisor del chofer y este la observa todo el tiempo, ella lo nota pero no le da importancia.
El taxista se da cuenta, y dice –disculpe que la observe demasiada señorita, pero es que es usted muy parecida a Casilda Flowers. La modelo y cantante-
Casilda soberbiamente contesta –si, todo mundo me dice eso, ¿puede continuar sin hablar por favor?, me incomoda, además no le pago para hablar ok-
El taxista humildemente dice –disculpe si la ofendí señorita, solo que si usted fuera Casilda Flowers le hubiera pedido un autógrafo para mi hija, ya que ella admira demasiado a Casilda, discúlpeme, ¿puede ver ese oso de peluche? Es para ella, pero yo creo que de regalo de cumpleaños hubiera preferido un autógrafo de su figura a seguir- Fingiendo creerle que no era Casilda

Casilda se sintió un poco mal por unos instantes, pero su ego y soberbia hicieron que no tomara importancia.
Llegaron al bar, Casilda pago al taxista con un billete grande, el taxista se quedo sorprendido pues no tenia tanto dinero para regresar su cambio, Casilda lo miro y le dijo, así déjelo, compre un bello vestido a su hija.
El taxista no podía ni hablar, tomo el billete y dijo –disculpe señorita pero no puedo aceptarlo, además con su dinero no comprara la grosería que me hizo, seré pobre pero tengo dignidad, mi hija la admira, pero solo por que usted es su ilusión no le contare lo sucedido, usted era mi oportunidad, ahora rendiré cuentas, no me entenderá, pero mas tarde lo ara-

Casilda contesto desconcertada –perdón señor no fue mi intención ofenderlo, pero estoy pasando por un mal momento, acepte mi dinero y le daré un autógrafo, este es mi facebook personal, el que solo le doy a familiares y amigos, estoy segura que le encantara, y no me bajare del taxi hasta que no acepte, no lo intento comprar señor, solo quiero que sepa que no quería ser grosera con usted-
El taxista se sintió mas contento y acepto los regalos que le ofrecía,
-esta bien señorita lo aceptare, solo por que se disculpo, pero esto no cambia el destino aun-
-¡no lo entiendo!- contesto Casilda sin entender al taxista, bajo del taxi cerca de la entrada, cuando pasó un sujeto corriendo, con pantalones rectos y rotos, una playera de Led Zepellin y el pelo medio largo.
Corría tan rápido que no vio a Casilda y choco contra ella tirándola al suelo, el la levanto, la miro a los ojos y le dijo -¿eres tu?-

Ella contesto –no se de que me hablas mugriento vago, aléjate de mi vista estupido,-
El sujeto siguió dijo –da igual, de todas formas no hay tiempo- salio corriendo hasta subirse al taxi donde venia Casilda, ella se sintió molesta con la situación y entro enojada al bar.

Se sentó en la barra ya que no había mucha gente, apenas eran las 8:10 de la noche, miro al bartender y pidió un trago.
-un manhathan por favor-
El bartender contesto –enseguida señorita-
Un señor de unos 50 años bien vestido, con traje elegante dijo al bartender –que sean 2 por favor-
-si señor- contesto amablemente el bartender
Casilda miro al señor molesta, el señor dijo
-no se ofenda señorita, solo quiero invitarle un trago y charlar un rato-
-no se moleste en invitarme señor, claro que puedo platicar con usted, pero no debe molestarse tanto- contesta Casilda
El señor la mira le sonríe, toma su mano besándola – Me temo que soy un grosero al no haberme presentado, pero claro ¿Quién aceptaría un trago de un extraño? bien señorita, mi nombre es Lucio Ferdinand, es un placer, ahora que me conoce seria muy descortés de mi parte no invitarle un trago, soy un caballero, no me haga la grosería-
Casilda lo mira y al ver que parece una persona decente no ve ningún inconveniente en aceptar el trago –esta bien señor, solo uno, por que de hecho ya me iba- obviamente mentía.
-esta bien señorita, ¿la puedo llamar Casilda?-
-claro señor…- el señor interrumpe –Lucio, llámame Lucio por favor, dejemos las formalidades para los hipócritas-
Casilda sonrie y contesta – si Lucio, puede llamarme Casilda, ¿pero como es que save mi nombre?-
Lucio comienza a reír – jaja comencemos a tutearnos, que me haces sentir viejo, y a tu pregunta, por favor estas en todos lados, tu rostro aparece en todas las revistas juveniles, tal vez-
Casilda rie parece agradarle el viejo – jaja ahora veo Lucio, leyendo revistas juveniles no hay forma que te sientas viejo-
-jaja lo se Casilda pero yo necesito estar actualizado, saber quien esta mas cerca de las tentaciones y esas cosas ¿por cierto? Eres Casilda Flowers, ¿Por qué Flowers? Ambos sabemos que no es tu verdadero apellido-
-bien Lucio, me puse ese apellido artístico, por que me encantan las flores, siempre quise ser una, si pudiera reencarnar lo aria en una flor-
-ok entiendo, eso puede ser posible, en esta vida todo lo puede ser, solo es decisión de cada uno-
Casilda solo ríe.

Comienza una larga plática, trago tras trago y cada vez se sienten mas en confianza, asi que llega un punto en el que Casilda se siente un poco mareada.
Lucio le dice –bien llevas unos tragos encima, yo creo ya puedes asimilar en lo que te diré-
Casilda riendo le responde – jaja si te quieres acostar conmigo no te funcionara ni por muy ebria que pongas-
Lucio responde – si me quisiera acostar contigo muchachita créeme que hubiera hecho que tu me lo pidieras a mi, por mera formalidad, pero ese no es el punto, ¿tu crees en el destino?-
Casilda responde – claro, el destino es un hijo de puta que decidió que mi novio y yo termináramos-
-tal vez por que el no era para ti, tal vez por que en el destino esta otra persona pero tu te aferrabas a que era el, no te culpo ustedes los humanos tienden a hacer eso, cuando creen que una persona es la indicada mueven su destino forzándolo, a veces hasta terminan casados, por eso se dan los divorcios, muchas veces te cruzas con el amor de tu vida lo ignoras y jamás lo vuelves a ver-
Casilda un poco ebria –jaja tu que vas a saber anciano, de seguro tu esposa ya no te da placer y vienes aquí a buscarlo hablando a tus conquistas de incoherencias, por que si es asi , eso si esta funcionando, llévame a un hotel y hagámoslo-
Lucio se rie –Me mal interpretas Casilda, veras eres una mujer hermosa, pero hoy yo no eh venido a eso, solo  he venido a advertirte que pudiste seguir con tu destino, pero lo rechazaste, todo por tu superficialidad, dime una cosa, te daré un ejemplo ¿le darías una oportunidad al taxista que te trajo, o a el joven con el que chocaste antes de entrar aqui?–
-jaja te pasas anciano, ¿te drogas verdad? Obviamente a ninguno de los dos, el taxista es feo y el otro a parte de torpe es un mugriento rockero-
Lucio dijo –lastima, cambiaste el destino de dos pobres hombres- mira hacia arriba diciendo -¿vez lo que provocas con el libre albedrío? Por eso luego piensan que yo soy el malo-

Casilda solo reía de el alcohol que tenia encima – jaja a quien le hablas anciano, bien dime por que dices todas esas cosas-
-bien hija te diré por que estoy aquí, tu pudiste cambiar tu destino antes de entrar a este bar, pero al entrar aquí me conociste, si hubieras tomado la opción correcta, ni si quiera me hubieras conocido, en fin por eso te concederé un deseo-
Casilda burlándose -¿a caso eres un genio o que?-
-no pero puedo concederte un deseo antes de que vivas tu falso destino-
-¡si es verdad que puedes hacer eso has que el mundo me persiga!-
-bien Casilda Terrones , por que ese es tu verdadero nombre, seria injusto que yo no me presente, yo soy el diablo, ¿no fui mas que obvio? Yo no te mentí, solo analiza mi nombre, soy Lucio Ferdinand-
Casilda no sabe que pensar, observa a Lucio y este comienza a reír de una forma desorbítate, tanto que termina por espantar a la joven modelo y cantante.
Siente que el alcohol subió demasiado a su cerebro y todo le da vueltas, solo ve al anciano y todo a su alrededor al mas puro estilo que la dimensión desconocida de Alfred Hitchcock.

15 de abril.

Son las 4 de la tarde, Casilda despierta en la habitación de un hotel, mira a su alrededor, siente los horribles síntomas de la resaca, siente asco y dolor de cabeza, mira a su izquierda, a un lado de la cama hay una lámpara que esta encima de ese típico viejo buró blanco hay un vaso con agua, por un lado hay una pastilla y una nota que dice: “Tómatela te sentirás mejor, con cariño tu amigo Lucio”.
Casilda arruga la nota y enojada dice –espero que ese viejo libidinoso no haya abusado de mi-
De pronto aparece Lucio y le dice a Casilda –jaja ¿Qué esperabas? ¿un letrero en el espejo con lapiz labial rojo que dijera “bienvenido al mundo del sida”, solo es una aspirina para la resaca, y no, no abuse de ti, ni si quiera te toque mas que para acostarte en esa cama, pude conseguir algo mas caro, pero solo prometí invitarte un trago, no pagarte las consecuencias-
Casilda desconcertada contesta -¿Quién eres viejo asqueroso?-
-no hace falta presentarme, pues eso ya lo hice ayer, solo vine a desearte suerte y que disfrutes tu deseo- contesto Lucio
- maldito anciano, sal de mi habitación, y por los gastos no te preocupes yo pagare-
Lucio sonríe y contesta – como tu quieras muchacha, me encantaría quedarme a ver lo que sigue pero seria como quedarse en el cine a ver los créditos, te veré mas tarde- sale de la habitación  riéndose.

Casilda toma sus zapatillas, se levanta de la cama con las piernas temblándole, va al baño y se acomoda su cabello, se mira y ve el desastre en el que se convirtió, en su cabeza pasan las palabras –debo ir a casa-

Sale de la habitación, baja por las escaleras, llega a la recepción y pide la cuenta.
El recepcionista la mira con intensidad, como si ella quisiera hacerle daño, el recepcionista llama a su compañera- Mariel, ven a ver esto- sin dejar de ver a Casilda
La otra recepcionista corre hacia donde esta su compañero, al ver a Casida suelta la taza de café que traía en la mano. El recepcionista murmura con su compañera diciendo
-¿ya viste, es ella?-
-si es ella-
Casilda no entiende nada, se molesta, en voz alta le dice al recepcionista –ok ¿me vas a cobrar o no?-
El recepcionista y su compañera la observan, el recepcionista dice –no, así esta bien!-
-a entiendo el viejo ya pago-
-no se de que habla señorita, usted llego sola, pero como ya le dije no es nada, solo salga de este hotel, hágalo ya-
Casilda se pregunto el por que, solo quería resolver su duda, pregunto al recepcionista
-¿Por qué no me cobras?-
El recepcionista saco una escopeta y apunto a Casilda diciendo –salga de aquí, se lo estoy pidiendo por favor, nunca eh matado a nadie, hagámonos un favor mutuo, yo no la convertiré en un cadáver y usted no me convierta en un asesino -

Casilda salio angustiada del hotel, que se encontraba en un barrio bajo, camino por la calle, vio a dos chicas adolescentes, cuando estas la miraron comenzaron a murmurar sobre ella, alcanzo a escuchar que decían “es ella”, la gente se detenía a verla y todos murmuraban lo mismo, los autos que pasaban reducían la velocidad solo para verla y decir lo mismo, toda la gente al verla decía “es ella”.

Comenzó a desesperarse, camino mas rápido, hacia parada a los taxis pero ni uno la subía, solo la observaban, se reían de ella y se arrancaban, un auto paso y el conductor le aventó su vaso hermético de unicel de café caliente, Casilda grito ofensas a el conductor, este se regreso en reversa intentando pasarle el auto encima, pero ella corrió, hasta que choco con un tipo.
Ella lo vio y le dijo – ¿otra vez tu? Fíjate por donde… espera tu eres el sujeto del bar ¿tu sabes lo que sucede?-
El tipo del bar solo la observo y continuo corriendo, Casilda comenzó a corretearlo –espera, no te are daño- grito desesperada. El tipo mientras corría volteo y le dijo –demasiado tarde, no me ayudaste cuando pudiste, ahora ayúdate tu sola- y se perdió de vista de Casilda.

Conservo la calma, se sentó en una banqueta, comenzó a pensar. – No entiendo nada- decía mientras miraba el piso, de pronto escucho un grito, -¡allí esta! Es ella!-
Una multitud de gente comenzó a perseguirla, alrededor de cien personas corrió tras verla levantarse y huir, todos con bates, palos, botellas de vidrio y cualquier cosa que pudiera ser considerada arma, la razón por que la persiguen no es clara, solo lo hacen, no tiene sentido, pero ella pidió ser perseguida.

La multitud esta enardecida, comienzan a aventarle cosas,  a insultarla, diciendo “Puta, perra” y de mas ofensas, llega un punto en el que ya no puede mas y se quita sus zapatillas. Corre con sus pies descalzos por toda la calle, los vidrios del suelo y piedras comienzan a encajarse en sus bellos pies estéticos, comienza a dejar huellas de sangré por toda la carretera, ya no puede mas con el dolor y se detiene a respirar.

La gente la alcanza, comienzan a golpearla con los bates y demás cosas, las mujeres jalonean su cabello, un tipo patea su rodilla izquierda, rompiendo su hueso, varios de sus dedos de las manos también se han roto, Casilda se desespera y grita –¡altoo!-, Todos dejan de golpearla, y la dejan caminar , toda adolorida con casi toda su cabellera perdida dejando el camino de sangre, entra en una habitación de hotel nuevamente, comienza a llover.

Se recuesta en la cama con agonía, con la cara destrozada, prende el televisor, en ella están dando las noticias, el conductor dice el típico: -“y en otras noticias”- siguiendo con su reporte –Casilda Flowers acusada de…-
Aparece Lucio con un control remoto, pone pausa a la imagen de la televisión y dice –Casilda te cumplí tu deseo, eres perseguida-
Ella intento hablar, pero del dolor no podía, intentaba moverse pero ya no podía, Lucio lo noto, le dijo –no. Sh sh sh, tranquila, ya sufriste bella flor, es hora de tranquilizarte, a veces el destino nos pone trampas, es hora de que veas lo que hiciste-
Lucio presiono el botón de play en la televisión y Casilda se impacto con lo que vio.

En la pantalla apareció ella misma golpeando a un anciano de unos 80 años, a la gente no le parece y piden lincharla, después sube a un auto y la imagen se acaba.

Lucio dice – Tu pudiste evitar todo esto Casilda, tu te ibas a enamorar de alguien, ahora el a matado a un hombre, en vez de decirle mugriento hubieras dedicado un instante de tu tiempo para verlo a los ojos, lo que hubiera pasado  es que en vez que entraras a ese bar hubieras caminado con el y comenzaría algo, pero decidiste llevarte por la imagen y dejaste ir al amor de tu vida, ahora te persiguen-

Las puertas de la habitación comenzaron a sonar por los golpes de la gente que estaba de el otro lado intentando entrar, Lucio dijo a Casilda -¿estas lista para marcharnos?-
Ella lo miro llorando y le dijo que si moviendo la cabeza.

La multitud de gente golpeo la puerta de la habitación del hotel hasta abrirla, cuando entraron se llevaron una sorpresa, Casilda ya no estaba, sobre la cama de la habitación
Solo yacía una Flor tan quieta e inocente.


 Proximamente mas:

Draft Fate! My Jenyfer



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